El día empezó tranquilo, y después de desayunar nos fuimos al punto de encuentro donde comenzaba el Free Tour que nos habían recomendado en el hostel.
Apenas llegar a la plaza que nos habían indicado vimos que el grupo era bastante grande y la guía, Martina según su identificación, nos dio la bienvenida. Ella era una guía local, que hablaba en un ingles muy correcto pero a una velocidad increíble, fue un poco difícil seguir lo que decía pero muy valiosa toda la información que nos contó.
Lo más importante a saber de este país es que si bien ahora es Eslovaquia, durante dos períodos diferentes fue una parte de Checoslovaquia, y también se vió obligada a cooperar con la Alemania Nazi pero en contra de su voluntad, más bien porque era la opción menos perjudicial.
También es importante aclarar que este país como tal, tiene solo 22 años desde que se separaron definitivamente de la actual República Checa.
En cuanto a la ciudad no es demasiado grande, ni posee demasiadas atracciones turisticas, pero tiene cierto encanto y algunas particularidades. Esta ciudad es considerada una de las mas "graciosas" de Europa, y esto puede explicarse caminando algunas de sus calles en el casco antiguo. Mientras uno va caminando va viendo una serie de estatuas que no tienen demasiado sentido por cierto, pero son realmente muy divertidas a la hora de tomarse fotos.
Tambien tuvimos oportunidad de conocer la "Iglesia Azul", una edificación muy peculiar, ya que a diferencia de las decenas de iglesias que visitamos, esta está completamente pintada de azul, y con una arquitectura que se cree tuvo influencia directa de Gaudí.
Luego de este tour tuvimos la oportunidad de conocer a dos israelitas, con los que decidimos ir a comer juntos a una cervecería/restaurant tradicional de esta ciudad. Compartimos unas cuantas historias de viajes, un par de fotos y decidimos continuar el día juntos.
Después de comer fuimos al castillo de la ciudad, que se encuentra en uno de los puntos más altos sobre una colina. Claramente no tenemos demasiada suerte con las fortificaciones, ya que al igual que nos pasó en Florencia con el fuerte, este castillo también estaba cerrado. En esta ocasión porque era lunes, y es el único día que no abren.
Si tuvimos la oportunidad de subir al "UFO" de Bratislava, que es un mirador/bar/restaurant que se encuentra sobre el puente más importante de la ciudad, a unos 92 metros de altura
y que ofrece una maravillosa vista a toda la ciudad.
Ya es nuestra última noche en Bratislava, ya que mañana nos dirigimos a Vienna. Nos quedamos con una ciudad pequeña, muy cálida, de gente muy orgullosa de su país y de comida tradicional muy sabrosa.
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