domingo, 29 de marzo de 2015

Una vuelta por Bélgica. Brujas y Bruselas.




Nos íbamos de una ciudad donde la fiesta y el descontrol es lo común, y llegábamos a la muy tranquila Bruselas.

Por una cuestión de calendario, lo primero que hicimos fue el tour a Brujas, ciudad que estaba originalmente en nuestro plan al pasar por Bélgica.
A poco más de una hora de la capital del país (y de la unión Europea) se encuentra esta pequeña ciudad famosa por su arquitectura e historia.

Si bien Brujas es una ciudad pequeña, atrae a una gran cantidad de turistas. De este hecho se anoticiaron los habitantes de esta ciudad en el siglo XIX y decidieron reconstruirla entera para atraer a más turistas. Para ello realizaron construcciones que simularon el gótico y la época medieval, que nada tenían que ver con el momento en que fueron construidas. De todos modos esta pequeña ciudad no deja de tener un encanto especial. Pequeñas calles, casitas mayormente de ladrillo, y algunas de madera. Mucha cervecería, chocolatería y wafleria, también las papas fritas abundan en estas tierras.

Visitamos el edificio de la primera bolsa de valores del mundo, también vimos la reliquia de la sangre de Cristo (considerado el santo grial por algunos religiosos) y pasamos por el llamado lago del amor, que es una especie de represa con la cual se regula el nivel de agua de los canales de esta ciudad.

Esa misma noche al volver de Brujas, hicimos un recorrido por algunos bares tradicionales de Bruselas, en los cuales se repite el estilo de los mismos: pequeños, agradables y quienes te atienden lo hacen de muy buen modo.

Nuestro segundo día se centró en recorrer la capital Bruselas. Si bien no tiene demasiados monumentos, o lugares típicos para ver, la historia de este lugar es increíble. Nos explicaron por qué se decidió que este lugar sea la capital de la Unión Europea, donde la tolerancia histórica de los países bajos, y también la ubicación estratégica fueron claves para la elección de esta ciudad.

Conocimos la magnífica plaza grande, algunas iglesias y luego a la tarde nos dirigimos al Atomium, que es una edificación gigante que representa la unión atómica del hierro, y que en su interior posee espacio para muestras, miradores y restaurantes.

Por último fuimos a visitar el Parlamento Europeo, que si bien no es demasiado llamativo por fuera, pudimos entrar al llamado “Parlamentarium” que es una muestra interactiva y un cine en 360º que explica el funcionamiento de este edificio, y del manejo de la Unión Europea.

Bruselas es una ciudad cálida, pequeña, muy pequeña, pero que tiene absolutamente todo lo que puede necesitar un ciudadano para ser feliz.

Nuestro paso por los países bajos se termina… y nos dirigimos a Inglaterra para visitar Londres




I AmSterdam! Nuestro paso por la ciudad donde todo está permitido

Luego de un viaje bastante incomodo, y de haber llegado a las 4 de la mañana a una estación de trenes que abría a las 6, pudimos llegar a Ámsterdam.

Tan solo llegar a este lugar el ambiente es diferente, la gente es respetuosa, amable y feliz, los edificios son pintorescos y los canales y puentes coronan una panorámica increíble.

Si bien en lo primero que uno piensa cuando se escucha Ámsterdam, es en lo que los locales llaman las dos P, prostitución y porros; la realidad es que la ciudad tiene mucho más para dar, aunque si es verdad que estos dos elementos están bastante presentes en todo momento.

Por empezar y para tener idea de lo principal de la ciudad, nos fuimos al punto de encuentro del Free Tour de Sandeman en la plaza DAM, la principal de esta ciudad.
Allí nuestro guía Albert, un español realmente apasionado por esta ciudad, nos llevó a recorrer y a conocer los principales lugares, costumbres y mitos de esta ciudad.

Pasamos por la entrada del barrio rojo, aunque no ingresamos ya que había un tour especial para esta zona, al cual acudiríamos a la noche. Luego pasamos por el Niumarkt que es una especie de pequeño castillo donde llegaban los barcos y pesaban la mercancía. Pasamos por la casa museo de Anna Frank (sitio donde estuvo escondida ella y su familia durante dos años), cruzamos varios puentes y canales, conocimos el palacio real y tuvimos la posibilidad de conocer un poco más de la mentalidad de los Amsterdamers, donde todo está permitido si no le haces daño al otro. Por ejemplo tuvimos la oportunidad de conocer una iglesia católica oculta, ubicada justo en frente de una iglesia protestante.

Luego de almorzar en el barrio chino de esta ciudad, y de dar una vuelta por las pintorescas calles, nos dirigimos nuevamente al punto de encuentro para realizar el que probablemente sea el tour más famoso de Ámsterdam, el recorrido por el barrio rojo.
Nuevamente Albert nos iba a guiar por estas calles y pasajes, explicándonos el por qué de este sistema, por qué tantas vidrieras con mujeres en bikini, por qué tantos lugares donde se puede comprar marihuana libremente, y como es el sistema que protege a estas personas que trabajan en este sector de la ciudad.

Por empezar el barrio rojo para los amsterdamers es un barrio común y corriente, hay negocios, iglesias, bares, restaurantes y hasta guarderías. Todo el barrio esta repleto de cámaras de vigilancia, y hay una central de policía a cada lado del mismo. Es decir que si algún ilícito ocurre, en menos de cuatro minutos el barrio está rodeado.
Nos contó que lo que intenta este sistema es proteger a las trabajadoras, ya que ellas están inscriptas como monotributistas, pagan impuestos y tienen las habilitaciones correspondientes, entonces el estado debe protegerlas. Tienen en sus cabinas también un botón de pánico, que al ser presionado dos veces, comienza a sonar una alarma y se activan los sistemas de seguridad.
La verdad que la mentalidad de los habitantes y gobernantes de esta ciudad sorprende tanto o más que su arquitectura o canales.

Al otro día no nos quedó más que dar unas últimas vueltas por la ciudad, comer algo, y partir para la pequeña pero muy importante Bruselas.



jueves, 26 de marzo de 2015

Berlin Segunda Parte

En nuestro paso por Berlín era realmente necesario poner en pausa nuestras vacaciones, para conocer un capitulo tremendo de la historia de la humanidad. Nos dirigimos al punto de encuentro, y luego de un metro, un tren y un ómnibus llegamos al campo de concentración Sachenshausen.
  
El mismo fue de vital importancia durante la Segunda Guerra Mundial ya que estos eran los cuarteles centrales de dichos establecimientos, y era donde mensualmente se juntaban los comandantes de los distintos campos existentes, para decidir los caminos a seguir y las medidas a tomar.

En un principio se construyó como campo modelo, con una forma de triangulo equilátero y en cuya base se encontraba una gran torre de vigilancia desde la cual se podía controlar todo el predio, y claro dar una sensación a los prisioneros de que todo el tiempo se los estaba vigilando. También se maquilló este campo de concentración con fines propagandísticos, por lo que el resto del mundo no sabía lo que realmente sucedía ahí adentro.
Muy pronto esta idea del triangulo equilátero quedó obsoleta ya que el campo necesitó expandir su capacidad y tuvieron que construir torres de vigilancia auxiliares. Además en este campo se encontraba una prisión especial para presos políticos, o que pudieran tener alguna información importante. En este lugar se los torturaba, y se los llevaba al borde de la muerte con el único fin de que se quiebren y entreguen la información.

Cabe aclarar que en principio este no era un campo de exterminio (lugar creado y preparado para “fabricar” muertes), sino un campo de concentración o de trabajo. Alrededor de este lugar se creó una gran zona industrial donde se los hacía trabajar en condiciones de esclavitud.

Nos tocó entrar a un barracón (lugar donde los prisioneros vivían). Este lugar si bien no era original, estaba restaurado con elementos originales, y se podía apreciar la terrible condición en la que eran forzados a vivir. También es necesario aclarar que estos lugares eran para unas 250 personas, y allí vivían 400.

Si bien este campo en su origen no fue de exterminio, llegado el momento en que necesitaban matar más gente de la que podían y que las balas que tenían no eran suficientes suponiendo que necesitaban al menos una por persona, decidieron instalar una cámara de gas en este lugar. También se encuentra en este lugar una morgue (necesaria para mostrar este lugar como “campo modelo”, ya que no les interesaba realmente hacer demasiadas autopsias, excepto en casos de experimentación con humanos), un crematorio, un hospital, un casino para los oficiales, y hasta un burdel.

La sensación que uno tiene cuando entra a este lugar es algo bastante fuerte como para ser explicado solo con palabras. Es una mezcla de angustia, de indignación, y de pensar si por un momento nos hubiera tocado a nosotros estar en esa situación.

Si bien no fue una experiencia feliz, fue una experiencia necesaria. Los alemanes no están orgullosos de su historia, pero entendieron que mostrándola, blanqueando lo que sucedió y educando a las generaciones futuras, es la mejor manera de intentar curar esta herida y que no vuelva a suceder nunca más.

Nuestra estadía en Berlín se terminaba, y una ciudad sustancialmente más alegre nos esperaba… Ámsterdam, allá vamos!

Berlin, primera parte

Llegamos a Berlín, después de haber viajado en uno de los ómnibus más lujosos que hayamos tomado. Wi Fi, pantalla táctil individual, café a bordo y hasta la opción de comprar alguna gaseosa.

La ciudad nos encontró fría y lluviosa por lo que solo tuvimos tiempo de ir hasta el hotel. Al otro día habíamos decidido ir al Free tour de Sandeman, una constante para las ciudades que nos quedan de ahora en adelante.
Si bien el hotel estaba bastante alejado del centro de la ciudad, el sistema de transporte es muy bueno, y en unos 20 minutos en el metro, estábamos en la central Alexander.
En este lugar se ubica uno de los iconos modernos de Berlín, la torre de televisión; y también de una gran cantidad de locales de comida, shoppings y tiendas de souvenirs.

En el punto de encuentro nos juntamos con varios argentinos, con los que estuvimos charlando y continuamos el resto de las excursiones. Y no solo argentinos, sino también latinoamericanos nos juntamos para realizar las excursiones por Berlín.

El tour consistió en una vuelta por los principales lugares históricos del centro de la ciudad. Comenzando por la puerta de Brandemburgo, imponente monumento, patrimonio no solo de los berlineses sino de todos los alemanes; símbolo de victoria de su nación.
Luego continuamos por el lado soviético, y llegamos al memorial a los judíos que perecieron en la Segunda Guerra Mundial. El mismo es bastante particular, inspirado en el cementerio judío de Praga, donde las lapidas se encuentran un tanto superpuestas y a distintas alturas. Al pasar por el interior, sobre todo de noche, se puede sentir un poco esa opresión que es lo el artista intentó representar.
Continuamos por el museo “Topografía del terror”, lugar donde se encuentra parte del muro en su posición original y una gran cantidad de material multimedia sobre el período que va desde 1933 a 1945.

Luego el recorrido continuó por otros puntos significativos como “Checkpoint Charlie”, lugar de uno de los eventos con más tensión durante la Guerra Fría, también la facultad Humboldt, vimos también el parlamento, la catedral de Berlin (protestante), y una gran cantidad de edificios en construcción. Cabe aclarar que esta ciudad está actualmente en reconstrucción ya que fue completamente destruida durante las guerras, luego parcialmente recuperada durante el comunismo, y finalmente después de la caída del muro comenzó su reconstrucción final.

Ya por la tarde fuimos a la East Side Gallery, que es donde se encuentra cerca de un kilómetro y medio de muro, y es reconocido por la cantidad de graffitis en ambos lados.
A la noche tuve la oportunidad de reencontrarme con un amigo del barrio que desde hace un buen tiempo no nos veíamos ya que el se había venido a vivir a Berlin. Con el Agus Perez, su novia Connie, Facu, Sofi y Pachi tomamos algo, comimos unas papas fritas y la pasamos muy bien un buen rato.

Para el siguiente día nos esperaba un capitulo para nada feliz de nuestro viaje, pero como dijo nuestra guía del tour: “Todos deberían visitar al menos una vez en su vida un campo de concentración”. Por lo que siguiendo esta premisa, Sachenshousen nos esperaba.


sábado, 21 de marzo de 2015

Praga City. Versión 2.0

En nuestro segundo día en Praga, por recomendación de un amigo que ya había venido por estos lados, nos dirigimos al llamado "Museo de la KGB".
Cabe aclarar que no es un museo oficial, ya que sería imposible que exista semejante cosa del servicio secreto soviético.

El lugar es más bien una colección privada de elementos utilizados en la Segunda Guerra Mundial, y elementos del servicio secreto, también algunas cosas de los nazis, unos cuantos mapas, y videos de la época.

Tal vez el museo no tendría tanto impacto si no fuera por el personaje al que pertenece, y quien es el encargado de hacer la visita guiada y de contarte un poco la historia de lo que allí está expuesto. Este señor, ruso de nacimiento (San Petesburgo o Leningrado para este muchacho), nos explicó la versión Rusa sobre el comunismo, sobre la guerra y sobre los campos de concentración soviéticos. Se puede estar de acuerdo, o no, pero no deja de ser interesante saber el punto de vista de alguien que lo vive tan de adentro. Eso sí, antes de irnos pudimos posar con las armas y sombreros de aquella época.


Antes de continuar, paramos en un restaurant Yugoslavo Gitano que tenía una particular decoración, nos atendieron muy bien, y entre otras cosas tomamos una excelente sopa de tomate.

Luego teníamos el esperado tour al "Castillo de Praga", el más grande del mundo según el libro Guiness de los Records. Antes de empezar nos reencontramos con una pareja de Valencianos que habíamos conocido el día anterior, también madrileños, y más argentinos.
Luego de tomar el tram que nos llevaría a la cima de un monte que corona la ciudad, comenzamos el recorrido por el castillo. Realmente es imponente, parece una pequeña ciudad en sí mismo. Una gran catedral en el centro, partes de las murallas que sobreviven y varios palacios en su interior.

El recorrido continuó por el barrio de Malastrana, lugar donde solían vivir los más adinerados en tiempos de antaño, y lugar de embajadas y consulados por estos días. Pudimos merendar en un pequeño bar tradicional de este lujoso barrio. De allí nos dirigimos a conocer el "Niño Jesús de Praga", imagen religiosa por demás famosa y considerada milagrosa por los católicos. Aquí en Praga, ciudad más atea del mundo con un 80% de ateos, lo llaman "La Barbie de Praga", ya que a este niño Jesús le cambian los vestidos prácticamente a diario, y uno es más lujoso que el otro.

Para finalizar el tour, cruzamos el puente Carlos IV, que posee casi 30 estatuas a sus lados, y donde se encuentra uno de los santos más importantes para la ciudad, aquí se encuentra una placa donde la tradición manda a frotarla para tener buena suerte.

Por último y para cerrar nuestra visita a esta increíble ciudad, nos juntamos a cenar con unos amigos de Facu que habían venido desde Frankfurt, Alemania para saludarlo. Nuevamente en un restaurant típico, donde probamos el Goulash y otros ingredientes no solo inpronunciables, sino también imposibles de escribir.

Ahora partimos a Berlin, nos vamos de Europa del Este. Nos acercamos a la mitad de nuestro recorrido, y es increíble la cantidad de países, lugares y personas que hemos conocido, y aún queda tanto por recorrer.





Les recuerdo que pueden ver más fotos de los lugares, y de los locos por Europa en:




Praga City. Version 1.0


Por empezar, cabe aclarar que nuestro paso por Praga va a tener dos entradas del blog, porque para que sea de una sola parte, sería demasiado extenso de leer. Las cosas que hay para hacer, las que hicimos, y las que nos faltaron, son muchísimas.

En nuestro primer día en Praga, llegamos a las 4:30 de la mañana y despues fuimos paseados por toda la ciudad por un muy simpático pero poco honesto taxista. Después de dormir un par de horas decidimos empezar a conocer la ciudad, para eso buscamos uno de los Free Tour de Sandeman, realmente para recomendar.

Mientras esperabamos el comienzo de la visita guiada, caminamos un poco las calles del centro viejo, y vimos varios museos a los que estábamos interesados de entrar, aunque lamentablemente no nos dió el tiempo. Había museos de cera locales, incluso uno de ellos tenía algunos ejemplares del de Madame Tussau. También un museo de la tortura, y el que más lamentamos no haber ido, el museo del chocolate con degustación ilimitada de este bendito alimento.

Nos dirigimos a la plaza vieja para comenzar el tour. Fuimos guiados por Carlos de España, quien vive en esta ciudad hace un tiempo, y quien nos hizo un recorrido por los puntos más importantes de la ciudad vieja, el barrio judío, la estatua fe Franz Kafka, algunas iglesias, y el famoso reloj astronómico. 
El recorrido duró unas 4 horas y pudimos conocer un poco de la historia de este lugar, que similar a algunas otras ciudades de Europa del Este que ya visitamos pasaron por: Primera Guerra Mundial, Segunda Guerra Mundial, Imperios, Nazis, y Comunistas, y aún así, se levantaron y están en constante desarrollo. Los checos se han destacado a lo largo de la historia por su manera pacífica de solucionar los conflictos, y de evitar ser destruidos por potencias como Alemania o Rusia.

Seguido a este free tour, y sin escala, comenzamos el llamado "Tour de la Cerveza". Y como no, en la capital mundial de la Pilsner, en la ciudad con más litros de cerveza tomados per cáputa en el mundo, cómo no ibamos a hacer un tour de la cerveza?.
La guía era Lorena, también española y residente de Praga. En este caso el tour contó con un recorrido por algunos bares típicos de acá, con la correspondiente degustación y a la voz de "na zdraví" (salud! para los checos) recorrimos estos lugares.
En esta ocasión no conocimos solo de cerveza, sino que también conocimos a tres españoles de la ciudad de Gandía que estaban muy locos y nos hicieron divertir muchísimo, y también a dos compatriotas.
Terminado el tour, y posterior a la cena decidimos que no podía quedar ahí, por lo que todos los que habíamos hecho el tour seguimos la caravana y fuimos a un bar, donde la especialidad ya no era la cerveza, pero la música divertida.

El día terminó, pero para el día siguiente teníamos una lista aún más grande de lugares que visitar.

Les recuerdo que pueden ver más fotos de los lugares, y de los locos por Europa en:

En breve... Versión 2.0





miércoles, 18 de marzo de 2015

Visitando la gran capital Austríaca: Viena

Llegamos a esta lujosa ciudad a eso del medio día y nos dirigimos directamente hacia el hotel. Una vez más nos sorprendió lo simple del transporte urbano, eso sí, un poco caro, pero es increible.

El hotel estaba ubicado muy cerca del anillo central del casco antiguo de Viena, por lo que estabamos muy cerca de todos los museos y demás principales atracciones.

El primer día decidimos recorrer la parte oeste del centro histórico, esto incluyo el City Hall, el Parlamento, la catedral, la calle principal de compras, la biblioteca nacional, unos cuantos parques e iglesias.
Este lugar, donde se toman las decisiones más importantes de toda Austria, posee una arquitectura de marcada influencia griega, con un ingreso que recuerda el partenon, y con un salon central de 24 columnas de marmol que se mantiene practicamente intacto desde su construcción original.

Por otro lado pudimos entrar al unico salón que se conserva cien por ciento sano a pesar de la Segunda Guerra Mundial y de los múltiples misiles que afectaron esta edificacion. Este salón, que hoy se usa solo para actos protocolares, conserva hasta el vidrio del techo original, un milagro según los locales.

TIP 1 para viajeros: Viena a las 20:00 hs muere, literalmente deja de existir la actividad de esta ciudad, no hay ni un kiosco para comprar agua, por lo que te recomiendo te aprovisiones antes de esa hora.

Para el segundo día dejamos las atracciones más lejanas, y la parte este de la ciudad. Fuimos al palacio de Schönbrunn, lugar de la típica foto Vienesa, con los jardines adelantes, el gran palacio, y de fondo toda la ciudad. Tambien fuimos al palacio del Belvedere, otra maravilla arquitectonica, y para concluir fuimos a la visita guiada por la tan famosa Opera de Viena.


Lamentablemente este lugar ha sido reconstruido en un ochenta por ciento luego de la Segunda Guerra mundial, pero el veinte por ciento que conserva es realmente increible. Pudimos estar al costado del escenario, ver el imponente "salón de té", también estar en las butacas y conocer un poco de la historia de este edificio.


TIP 2 para viajeros: Por ningún motivo le prestes atención a los señores que estan vestido con capas rojas y te ofrecen para ir a bailes u operas pero son unos estafadores, te venden entradas mucho más caros y no son para la Opera de Viena sino para lugares cercanos.

TIP 3 MUY IMPORTANTE: Hay obras en la Opera principal todas las noches excepto los lunes. Haciendo cola una hora antes podés obtener una excelente ubicación (parado) por SOLO 4 euros, es increible. No tuvimos la oportunidad de ver ninguna obra pero es una excelente opción.

Por último un detalle de esta ciudad, es que la gente no es demasiado copada a la hora de darte información. Después de pasear por todas las lineas de metro, por estaciones de tren de bus y de tren de nuevo, perdimos el tren, y estamos varados por un par de horitas.
Por lo que llegaremos a Praga de noche, y tendremos dos días para recorrerla.

Nos vemos en la República Checa amigos!



lunes, 16 de marzo de 2015

Nuestra recorrida por la capital de Eslovaquia

El día empezó tranquilo, y después de desayunar nos fuimos al punto de encuentro donde comenzaba el Free Tour que nos habían recomendado en el hostel.

Apenas llegar a la plaza que nos habían indicado vimos que el grupo era bastante grande y la guía, Martina según su identificación, nos dio la bienvenida. Ella era una guía local, que hablaba en un ingles muy correcto pero a una velocidad increíble, fue un poco difícil seguir lo que decía pero muy valiosa toda la información que nos contó.

Lo más importante a saber de este país es que si bien ahora es Eslovaquia, durante dos períodos diferentes fue una parte de Checoslovaquia, y también se vió obligada a cooperar con la Alemania Nazi pero en contra de su voluntad, más bien porque era la opción menos perjudicial.
También es importante aclarar que este país como tal, tiene solo 22 años desde que se separaron definitivamente de la actual República Checa.

En cuanto a la ciudad no es demasiado grande, ni posee demasiadas atracciones turisticas, pero tiene cierto encanto y algunas particularidades. Esta ciudad es considerada una de las mas "graciosas" de Europa, y esto puede explicarse caminando algunas de sus calles en el casco antiguo. Mientras uno va caminando va viendo una serie de estatuas que no tienen demasiado sentido por cierto, pero son realmente muy divertidas a la hora de tomarse fotos.

Tambien tuvimos oportunidad de conocer la "Iglesia Azul", una edificación muy peculiar, ya que a diferencia de las decenas de iglesias que visitamos, esta está completamente pintada de azul, y con una arquitectura que se cree tuvo influencia directa de Gaudí.

Luego de este tour tuvimos la oportunidad de conocer a dos israelitas, con los que decidimos ir a comer juntos a una cervecería/restaurant tradicional de esta ciudad. Compartimos unas cuantas historias de viajes, un par de fotos y decidimos continuar el día juntos.

Después de comer fuimos al castillo de la ciudad, que se encuentra en uno de los puntos más altos sobre una colina. Claramente no tenemos demasiada suerte con las fortificaciones, ya que al igual que nos pasó en Florencia con el fuerte, este castillo también estaba cerrado. En esta ocasión porque era lunes, y es el único día que no abren.
Si tuvimos la oportunidad de subir al "UFO" de Bratislava, que es un mirador/bar/restaurant que se encuentra sobre el puente más importante de la ciudad, a unos 92 metros de altura
y que ofrece una maravillosa vista a toda la ciudad.


Ya es nuestra última noche en Bratislava, ya que mañana nos dirigimos a Vienna. Nos quedamos con una ciudad pequeña, muy cálida, de gente muy orgullosa de su país y de comida tradicional muy sabrosa.


domingo, 15 de marzo de 2015

De Budapeshhh a Bratislava

Teníamos tren a las 11:25 desde Hungría a Eslovaquia, pero antes de irnos teníamos pendiente subir a la cúpula de la Basílica de San Esteban, por lo que nos levantamos temprano, desayunamos fuerte y nos dirigimos a la iglesia.

Cabe aclarar que hoy era uno de los días mas importantes para los Húngaros ya que recordaban el día de la Revolución. Todo el país parado y unas cuantas marchas en la ciudad. Tuvimos la suerte de cruzarnos con una marcha en una de las avenidas y estuvo muy bueno.

Después subimos a la cúpula de la Basílica y desde ahí se tiene una visión de 360º de todo Budapest. La vista es increíble, se ven varios palacios, el parlamento, el danubio, la iglesia de Matyas y un par de lugares importantes más. De ahí sin perder tiempo al hostel y a la terminal de tren.

Como siempre que viajamos en tren nos sentamos en el primer lugar que encontramos. En este tren que vimos muy bonito, con cómodos y espaciosos asientos, nos ubicamos. Una vez en marcha pasó el señor que controla boletos (en absolutamente TODOS los trenes que nos subimos nos contr


olaron los boletos) y nos indica muy amablemente y con señas que habíamos comprado segunda clase y estábamos en primera. Por lo que cargamos todo nuestro equipaje y nos dirigimos al vagón correspondiente.

Una vez ahí entramos en el compartimiento que nos pareció con gente más copada. En este caso una pareja que no sabíamos si eran Ingleses, o Españoles pero que al escuchar un "boludoooo" nos dimos cuenta que eran Argentinos.

Ellos eran Seba y su novia (que me va a odiar porque me olvidé su nombre, chicos manden mensajito y corrijo esto!), y estuvimos todo el viaje hablando, compartiendo experiencias del viaje. Ellos estaban en un Eurotrip un poco más corto que el nuestro pero ya habían visitado lugares a los que nos faltaba ir. El viaje pasó rápido y fue bastante entretenido.

Nos bajamos en la misma estación y caminamos unas cuaaaantas cuadras en dirección al centro, y allí cada uno siguió con su viaje, nosotros para el hostel, ellos a conocer Bratislava. Eso sí, al despedirse prometieron leer nuestro blog.

Así llegamos al hostel, después comimos un plato típico Eslovaco que era una especie de ñoquis pequeños con panceta y queso, otra con cebolla y unas empanaditas con ricota...  una bomba.
Después fuimos a un shopping de compras y ahora a descansar que mañana tenemos el tour a las 11 a.m.

sábado, 14 de marzo de 2015

Llegamos a Buda-Pest

Nos tocó despedirnos de Zagreb, ciudad en la que ambos coincidimos nos quedaríamos a vivir, pequeña pero completa, gente amable y una buena mezcla de historia y vanguardia.

Emprendimos nuestro viaje hacia Budapest, y fue un poco más trabado de lo que hubiéramos esperado. Por empezar compramos un ticket "directo" desde Zagreb, pero a mitad de camino el inspector nos dijo que nos teníamos que bajar y subir a otro tren, de ese tren llegamos a un punto que nos hicieron subir a unos ómnibus un par de kilómetros (sospechamos que había arreglos en la vía) y de ahí a un último tren que nos dejó a las afueras de Budapest. Tuvimos que tomar una clase rápida de transporte público, y con un poco de suerte llegamos al centro en un rato. Todo esto acompañado de dos japonesas que hablaban poco y nada de ingles, pero que habían entendido que íbamos para el mismo lado y nos seguían incondicionalmente.

Budapest son en realidad dos ciudades divididas por el Danubio, Buda en el lado occidental, Pest (Peshhht se dice) al otro lado. Pest es el lado más grande, más movido, muchos hoteles y hostels, también gran cantidad de bares y restaurants. Del lado de Buda hay un poco más de historia y montañas. De ambos lados hay palacios e iglesias.

Esta ciudad ha sido destruida y reconstruida en numerosas ocasiones, ya que ha sufrido varias invaciones, dos guerras mundiales y también la ocupación de la Rusia comunista. Por ejemplo el emblemático puente fue destruido completamente por Hitler durante su ocupación para evitar el paso de las tropas enemigas. Luego fue reconstruido respetando el diseño original.

Otra curiosidad de la ciudad, es que la basílica de San Esteban tiene 96 metros de altos, exactamente igual a la altura del parlamento (otro tremendo edificio). Esto es más que simbólico, ya que ponía al poder político y al poder religioso a la misma altura. Cabe destacar que en esta ciudad esta prohibido construir por encima de esa altura, por lo que en una vista panorámica, destacan claramente estas dos edificaciones.

Tuvimos oportunidad de visitar la llamada "Casa del Terror", edificación que ocupó un siniestro papel en dos épocas oscuras de esta ciudad: durante la segunda guerra mundial, y durante la ocupación de la Rusa comunista. En ambas ocasiones este lugar, ubicado en la avenida mas linda y grande de la ciudad, fue sede de quienes estaban al mando en estas épocas. En este lugar se realizaron detenciones, torturas y asesinatos. Hoy convertida no solo en museo sino también en un recordatorio y memorial a las víctimas.


También realizamos dos de los múltiples Free tours que hay disponibles, estos son tours gratuitos con guías locales y al final del mismo les das una colaboración o propina. En nuestro caso tomamos uno en ingles y uno en español, los dos estuvieron geniales. También visitamos un curioso lugar llamado "Miniversum", donde había 300 metros cuadrados cubiertos con maquetas y trenes en miniatura, representando Hungría, Vienna y Alemania. La verdad que estuvo muy bueno también.

La verdad que es una ciudad a la que nos hubiera gustado  poder dedicarle al menos una semana ya que tiene innumerables lugares para visitar. Eso si, nos dimos el tiempo para pasar por un spa de aguas termales, el más grande de Europa que se encuentra en el parque Municipal de Budapest.  Una linda experiencia, ya que tiene unas 15 piletas a distintas temperaturas, y algunas de ellas al aire libre.

Hasta tuvimos la "suerte" de interactuar con unos policías en la estación de trenes que nos detuvieron y nos pidieron el pasaporte. Para peor no teníamos esa documentación encima, pero por suerte se conformaron con ver nuestro DNI argentino y nos dejaron seguir.
Para destacar de este lugar, su transporte público impecable y eficaz, su gente amable y muy patriota, y su capacidad de sobreponerse a épocas históricas muy adversas.

Recomendación al viajero: Es importante cambiar Euros por la moneda local en los puestos fijos de cambio, el cambio esta 300 Forints a 1 Euro aproximadamente, ya que si vas con Euros directamente a comprar te lo toman mucho mas bajo.

Foto con el grupo de FreeTours




miércoles, 11 de marzo de 2015

Zagreb, la pequeña pero muy linda capital de Croacia


Nuestra experiencia en esta ciudad fue algo totalmente distinto a lo vivido en Italia, ya que para bien o para mal, con Italia tenemos muchas cosas similares. Acá es todo diferente, tienen gran influencia turca, sus orígenes como yugoslavos, y de otros tantos que fueron pasando por estos territorios, ya que como nos contaron, esta tierra sufrió de numerosas invasiones. Tal es así que si un Croata del Norte va al Sur probablemente no entienda la lengua, que aun siendo la misma es un dialecto totalmente distinto.



La ciudad en si es pequeña, tiene como toda ciudad que hemos recorrido, su catedral. Es muy linda pero no tan ornamentada ni ostentosa como otras que hemos visto. Tiene también varios palacios (hoy ocupados por organismos oficiales) y también unas cuantas construcciones que a nosotros nos recuerda a Rusia (que dicho sea de paso ellos niegan fervientemente).


Algo muy bueno que tiene y que realmente envidiamos, es el sistema de transporte público llamado Tram. Son una especie de trenes eléctricos que se desplazan por vías sobre las calles, con la particularidad que los autos pueden ir por la calle sobre estas vías, o sea que es normal ver un auto esperando que el tram avance, y además estos vehículos respetan semáforos y hasta el paso de los peatones, lo que los hace una especie de ómnibus pero mucho más efectivos y menos nocivos para el medio ambiente.

Otra cosa que nos llamó la atención en esta ciudad es la fuerte influencia norteamericana, como ser marcas de primera línea, pantallas de led alrededor de la plaza principal y todos con sus iPhones en la mano. Según nos cuentan, los jóvenes cada vez quieren alejarse y separarse de sus orígenes y acercarse más a lo que es Europa Central.

Tuvimos la oportunidad de subir a una torre que se encuentra en una parte alta de la ciudad. Desde la parte más alta de esta torre se tiene una increíble vista de toda la ciudad. Además esta torre tiene la particularidad de tener un cañón, que creíamos solo decorativo; pero resulta ser que por tradición, todas las tardes este cañón es accionado (por algún sistema automático nos contaron) y se escucha el estallido en toda la ciudad.

Algo que nos pareció llamativo fue ver tantos corazones adornando lugares públicos, locales de souvenirs y cuanta tienda haya, preguntamos a que se debía eso, y un señor muy amable nos explicó el por qué de esta imagen tan tradicional: Cuenta la leyenda, que tiempo atrás, un joven muy enamorado de una señorita, acomplejado por no encontrar la manera de decirle a ella lo que el sentía, decide regalarle un corazón, y en el medio de este corazón un pequeño espejo. Cuando le dio el obsequio a ella le dijo: "Cuando mires en ese espejo, vas a ver a la persona que yo amo". Es entonces el corazón con el espejo adentro un símbolo en esta ciudad.

Ya tenemos tickets de tren, por lo que mañana temprano nos vamos a Budapest, Hungría. Este lugar nos deja además de grandes recuerdos grabados en la retina, una sensación de calidez de un pueblo que conoce la paz desde hace muy poco tiempo, pero que su gente es mucho más gentil que en otras ciudades que visitamos.



martes, 10 de marzo de 2015

Dejamos Venecia, pasamos por Trieste y llegamos a Zagreb!



Después de haber recorrido de punta a punta Venecia, llego el momento de despedirnos con mucho pesar y sin poder evitar mirar atrás.
Trieste nos esperaba, si bien era solo una escala inevitable camino a la capital croata, no íbamos a desaprovechar las horas que teníamos para recorrerla.


Si bien es una ciudad que se la ve grande y con un puerto de considerable tamaño, en cuanto al turismo suele ser solo un lugar de paso, una escala obligada.
Tiene una gran plaza con un par de palacios alrededor donde funcionan oficinas del gobierno y alguna que otra estatua. Tambien vimos un par de edificaciones con enormes columnas que recuerdan al Partenon Griego, y lo demás que se encuentra en esta ciudad tiene que ver con el mar, algunos veleros, botes y yates.

Es una ciudad tranquila, la gente camina despacio, y todos los restaurants parecen de un gran nivel.

Nos sentamos a comer al lado de una especie de embarcadero conectado con el mar, y luego nos dirigimos a la estación a tomar el bus (extremadamente barato, unos 10 euros) que nos llevaría a Zagreb.

Acá todo es distinto, todo parece tan lejano a nuestra realidad, el bus ademas de ser muy cómodo, tenia internet inalámbrico por lo que nos pasamos el viaje comentando con nuestros amigos lo increible que era todo.

Vimos un poco de nieve, y en el visor del colectivo que indicaba la temperatura, la mínima llegó a 3 grados.

Llegamos a esta bonita capital, tuvimos que caminar un buen rato hasta nuestro hostel pero ya de entrada se nota el cambio de país, el cambio de cultura, el cambio de la gente.
El hostel es pequeño pero incríble, se llama Shappy. Por empezar las habitaciones tienen apertura electrónica mediante tarjeta magnética, los lockers se abren con una especie de brazalete electrónico, y para entrar al hostel despues de las 12, tenes que marcar un código en un pulsador digital.
Ya decía que la gente se notaba diferente, y pudimos comprobarlo al conocer a la recepcionista del hostel, Ilijana dijo que se llamaba (le pedí que escriba su nombre para el post, ya que era imposible entender que decía). Nos explicó absolutamente todo de la ciudad, donde comer, que visitar, y hasta como usar el transporte urbano llamado Tram (una especie de metro que va por la calle a la par de los autos, e incluso frena en los semaforos). La verdad que a diferencia de Italia, sentimos que acá nos trataban realmente bien.

Mañana nos espera un gran día, ya que podremos recorrer esta ciudad, que ya de noche y en un par de horas pinta genial.

La Increíble Venecia

Después de haber tropezado un par de veces antes de establecernos en Venecia, definitivamente valió la pena.

Realmente Venecia es todo lo que dicen, y mucho más, la verdad que es una ciudad increíble.
Por empezar, a diferencia de cualquier otra ciudad que hayamos visitado, en este lugar acá no se mezclan edificios modernos con las clásicas construcciones. Todo en esta ciudad parece haberse quedado un par de siglos atrás, las góndolas majestuosas, los pequeños pasajes y pasadizos, y la infinita cantidad de iglesias, capillas y otras construcciones religiosas que abundan en las islas.

Si bien recorrer Venecia no es nada fácil ni siquiera con un mapa, es todo una aventura hacerlo. Desde la plaza San Marcos y los lugares netamente turísticos, hasta recorrer lugares donde se encuentran los habitantes permanentes de la isla.
Es todo muy pintoresco y muy característico, no hace falta caminar más de 200 metros para encontrar un canal, un puentecito y unas cuantas prendas de ropa colgadas en la ventana.

La Basílica de San Marcos es una construcción imponente, con una decoración interior hecha enteramente en mosaicos, con una cúpula decorada en dorado y con una gran cantidad de mármol (al igual que todas las iglesias importantes de Italia).


En cuanto a la información para el viajero, nos toco tomarnos un "Vaporetto", que vendría a ser la versión acuática del ómnibus de línea. Para nuestro pesar, su costo por 60 minutos es de 7 euros, es absolutamente caro, serían algo así como 100 pesos.
Esa es la parte mala, la parte buena es que todas las islas están interconectadas por 3 grandes puentes, por lo que si el viajero gusta de caminar, no será necesario este gran gasto, aunque uno no puede irse de Venecia sin haber andado por el agua.

La verdad que en un día y habiendo caminado bastante pudimos recorrer lo principal de Venecia, por lo que no dudo en afirmar que dos días completos son más que suficientes para conocerla.
La vimos de día, la vimos de noche, y el último día nos costó bastante irnos sin mirar atrás.

Creo que Venecia es un "must go" de Europa, es algo único. Y ahora nos vamos a Trieste, y de ahí derecho a Zagreb a ver que nos depara este país con lenguaje y cultura tan diferente al nuestro.





lunes, 9 de marzo de 2015

De Pisa a Florencia, y de ahí a Venecia (no tan simple como suena)

El día vivido en Pisa y luego en los sucesivos viajes hasta llegar a Venecia debería subtitularse La Odisea. Si bien este post sea probablemente más largo de lo normal, vamos a compartir una serie de experiencias y hechos desafortunados que se podrían haber evitado. Pero como suelen decir, todos los días se aprende algo nuevo, o mucho.

La mañana en Florencia era algo fresca pero totalmente despejada, como teníamos planeado, después de desayunar nos dirigimos a la terminal de trenes Santa Maria Novella, y de ahí a Pisa. Es aproximadamente una hora de viaje.

Durante el viaje, detrás nuestro una señora afroeuropea quien cargaba con su niño envuelto en una tela multicolor sobre su espalda. El bebé dormía plácidamente pero ella cual relato de una final de fútbol y en un inglés intraducible nos sonorizó gran parte del viaje.

Nos bajamos del tren y apuntamos derecho para la torre, no hay manera de perderse, pareciera que absolutamente todas las calles llevaran a la icónica construcción. A dos cuadras de salir de la terminal nos encontramos con un grupo de música balcánica que con coreografía y todo divertían a la gente, y nos quedamos un buen rato ahí.

Todo transcurría normal, hasta que cometí el primer error del día, me acerqué a mirar unos de esos relojes de dudosa procedencia a un vendedor africano en la calle.
Desde ese momento todo transcurrió muy rápido y con mucha suerte para nosotros pero que podría haber sido catastrófico.

Este señor me empezó a seguir por la calle rebajando el precio del reloj sistemáticamente, hasta que ya se me empezó a hacer el amigo se me venía encima, y me da dos pulseras de esas que arman ellos y me las puso en la mano medio a la fuerza (luego la historia de estas pulseras continúa).

Después de ese momento en que le quiero rechazar el regalo porque obviamente quería plata cambio, me dice "regalo, regalo" y me mete el reloj en el bolsillo. Y a los tres segundos me doy cuenta que mientras me dejaba el reloj me estaba bolsiqueando. POR SUERTE no tenía absolutamente nada en el bolsillo y cuando se dio cuenta que me había dejado el reloj "a cambio" de nada, me empezó a pedir plata, para sacarmelo de encima le di 20 euros. Acto seguido empezó a hablar muy rápido y con muy mal gesto en su idioma, desde ese momento quedé convencido que me había insultado o maldecido.


El día siguió medianamente normal, visitamos la torre de Pisa, el baptisterio y la catedral. Realmente es una ciudad muy tranquila, sin demasiadas atracciones turísticas pero con la famosa torre que es un lugar al que no deberías dejar de ir si andas por la región Toscana.
Comimos en un lindo restaurant con vista a la torre de Pisa y después emprendimos la vuelta a Florencia.


Al llegar nos damos cuenta que por el horario no llegábamos al auto compartido que habíamos reservado.

Y acá empezó la odisea... empezamos a ver los trenes a Venecia, todos llenos hasta las 21:30 hs... compramos ese. Cuando vemos el horario en que vamos a llegar al hostel (00:00hs aprox.) decidimos llamar para avisar que vamos a llegar tarde.
En el hostel nos informan que no nos pueden esperar, y que no solo perdíamos ESA noche sino que se nos caía la reservación (ya pagada) entera. Después de media hora de rogar logramos que al menos nos dejara dormir la segunda noche ahí.

Mientras los hechos desafortunados ocurrían, decidimos ir a comer una pizza. Mientras charlábamos nos miramos las manos, y teníamos las pulseras que nos había dado el vendedor africano, automáticamente me acorde del enfado mostrado al recibir solo 20 euros. Y por esto de creer o reventar, y como somos un equipo, decidimos entre los dos que las pulseras no podían ser culpables de nuestros hechos desafortunados. En realidad nos queríamos convencer de que algo tan simple como una pulsera no podía ser culpable de nada y decidimos darle una oportunidad más, pero ante cualquier imprevisto serían las culpables del hecho.

Tomamos el tren a Venecia, un alta velocidad, y llegamos sin tener donde dormir, de repente antes de bajarme del tren se me rompe la tira de un bolsito que traía. En ese momento, y sin discusión alguna las pulseras fueron arrojadas, una voló por arriba de un paredón y la otra se destrozó por los aires.

Y desde ese momento el viaje volvió a su curso normal, encontramos un hotel barato que nos dejó entrar a esa hora, y pudimos bañarnos y dormir tranquilos. Creer o reventar.