Una tarde hablando con un compañero de trabajo le cuento que tengo una idea media loca, me quiero ir a Europa.
Acto seguido me cuenta que tenía la misma idea que yo, o más bien, parecida. Él se había permitido soñar un poco más, un poco más de lo que nuestra realidad como país nos permitía.
"Hagamos algo..." le dije, y empezamos a planear un viaje, acotando un poco el itinerario.
De compañeros de trabajo, pasamos a ser compañeros de viaje, amigos, locos...
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